martes, 25 de agosto de 2015

Vasco Núñez de Balboa

Quién fue…? Vasco Núñez de Balboa









Vasco Núñez de Balboa Vasco Núñez de Balboa (1475-1519), navegante y conquistador español, descubridor del océano Pacífico. Nació en Jerez de los Caballeros (provincia de Badajoz, España), en una pequeña casa situada en la calle La Oliva. Se embarcó en el año 1500 para el Nuevo Mundo en la expedición de Rodrigo de Bastidas, con quien exploró las costas caribeñas desde el cabo de la Vela, en la península de la Guajira, hasta el golfo del Darién. A su regreso en 1502 pasó por Jamaica y se estableció en La Española, en la villa de Salvatierra, donde vivió varios años sin obtener éxito económico alguno y cargándose de deudas. En 1510 se embarcó como polizón en uno de los barcos de la expedición que Martín Fernández de Enciso se proponía hacer llegar con auxilios a su socio Alonso de Ojeda, en Nueva Andalucía, en la costa colombiana del golfo de Urabá. A su llegada, Enciso, a propuesta de Balboa, trasladó el emplazamiento al litoral del golfo del Darién, en la costa panameña. 



Mapa de la Provincia Santa María La Antigua del Darién en el siglo XVIII.

Archivo General de Indias. Mapas y planos del Nuevo Reino de Granada y Panamá. MP 192. Relación y detalle de la provincia de Santa María Antigua del Darién. Enviado a España por el Gobernador Andrés de Ariza con fecha de 15 de abril de 1774. Lo interesante del mapa no es solo lo detallado y preciso de los accidentes geográficos y las ubicación de los lugares poblados, si no la óptica desde la que fue elaborado. Se lee desde la región del Caribe, mirada de norte a Sur, así se concebía la región.



Aquí fundaron en 1510 el primer asentamiento estable que perduró en América, el municipio de Santa María la Antigua del Darién, en el que los colonos depusieron a Enciso y eligieron un cabildo. Diego de Nicuesa, gobernador de Veragua, futura Castilla del Oro, consideró el asentamiento una intromisión en su territorio y decidió castigar a los colonizadores. Balboa lo derrotó y, con ello, no sólo supo ganarse las simpatías de los colonos sino que además consiguió que, en diciembre del mismo año, el virrey Diego Colón, máxima autoridad en América, le nombrase lugarteniente suyo en el Darién. El rey Fernando II el Católico, por su parte, le nombró el 23 de diciembre de 1511 capitán y gobernador interino del Darién. En sus campañas de conquista de nuevas tierras y de alianzas o sometimiento de los indígenas, Balboa tuvo noticias de la existencia hacia el sur de un gran mar y de tierras donde abundaba el oro; quizá se referían al Imperio inca del Perú. A raíz de tales noticias, Núñez de Balboa organizó una expedición con 190 españoles (entre los que se encontraba Francisco Pizarro) y 800 indios que atravesó por primera vez el istmo de Panamá.

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 El 25 de septiembre de 1513 avistó el ansiado mar, al que llamó mar del Sur debido a la dirección seguida por la expedición desde el punto de partida, pero que más tarde fue llamado océano Pacífico por la expedición dirigida por Fernando de Magallanes (1520), a causa de los suaves vientos alisios que en él soplaban. Luego de tomar posesión del mar en nombre de España, Balboa y sus hombres regresaron al Darién en enero de 1514. Meses más tarde llegó a Santa María la Antigua del Darién, procedente de España, Pedrarias Dávila, nombrado por el rey gobernador del Darién y acompañado de Enciso. Desde el primer momento, las relaciones entre Pedrarias y Balboa no fueron muy cordiales. Por otro lado, a Balboa se le nombró el 23 de septiembre de 1514, aunque subordinado a Castilla del Oro, el cargo de adelantado de la mar del Sur y gobernador de Panamá y Coiba, lo que no fue bien recibido por Pedrarias Dávila, de quien Balboa era su subordinado. Este fue un motivo más de fricción en las difíciles relaciones que ambos mantenían. 


Entre 1517 y 1518, Balboa exploró el golfo de San Miguel. Tras la repoblación de la ciudad abandonada de Acla, Balboa se propuso continuar las exploraciones por el mar del Sur. La construcción de unos barcos por parte de Balboa y el anuncio de la llegada de un nuevo gobernador en sustitución del anciano Pedrarias Dávila, hicieron que éste temiera que Balboa testificase en su contra y lo mandó detener. Acusado de traidor, rebelde y autor de abusos, así como de la muerte del gobernador Diego de Nicuesa, Núñez de Balboa fue juzgado, sentenciado y decapitado el 12 o el 21 de enero de 1519 en Acla (gobernación del Darién)


Hasta que Vasco Núñez de Balboa no se sumergió en el Océano Pacifico, nadie en Occidente fue capaz de intuir la transcendencia de aquel sensacional descubrimiento y ni él mismo tuvo una idea cabal del peso y calado de lo que estaba haciendo. No en vano, y dada la importancia de tan crucial apuesta, en marzo del año 1508 la Corona había convocado a los mejores pilotos del reino, llamándolos a capitulo para buscar de manera perentoria y sin dilaciones una ruta de acceso rápida y fiable hacia el mercado de las especias. Dicho y hecho; Juan de la Cosa, Vicente Yáñez Pinzón, el ubicuo mercenario Américo Vespucio y Juan Díaz de Solís se pusieron manos a la obra. No tardarían mas de cinco años en dar con la tecla.



Balboa puso de manifiesto su talante diplomático y conciliadorPor aquel entonces había una guerra soterrada bajo la mesa entre las dos potencias oceánicas, Portugal y España. Algunos conflictos puntuales se cerraban tras arduas negociaciones con nuestros hermanos, pero los lusos llevaban ventaja en las exploraciones hacia el este trufando de emporios toda la costa africana y algunas colonias en el oeste de India. Esto es, había cierta presión por materializar un paso mas rápido hacia el oeste y además, cuanto antes.

El nivel de intercambios mundiales y la articulación de una economía global más dinámica tuvieron un impacto extraordinario en un mundo agostado y adormecido en una especie de teoría eurocéntrica aparentemente inmutable y enrocada.

Guarnecido por ropajes ligeros y acompañado de una multitudinaria cohorte de asombrados indios, el 29 de septiembre de 1513 este hidalgo segundón y extremeño de pro se sumergiría en la orilla de un mar de magnitudes colosales poniendo en contacto a la vieja Europa con sus alejadas antípodas.

El conquistador respetuoso 

Consciente Balboa de la devastación demográfica causada en los prolegómenos de la colonización en La Española y conquistas subsidiarias, puso de manifiesto su talante diplomático y conciliador no obligando a los indígenas a pagar tributo alguno ni a dedicarse a onerosos trabajos forzados, aunque bien es cierto que hubo colisiones por parte de hordas decolonizadores sin escrúpulos, Balboa instruiría vehementemente a sus soldados en el respeto a la población autóctona y a una interacción equilibrada y constructiva, aspecto este que le honra, pues lo fácil en aquel entonces era desvariar a través de los derechos de conquista, que implicaban en muchas ocasiones un desprecio manifiesto hacia los indígenas.

Había que avanzar siempre hasta que llegara la noche con el sonido espeluznante de la serpiente cascabelEra Balboa un extraordinario esgrimista y con su colega Leoncico, un perro alano de setenta kilos, crearon leyenda pues en más de un enfrentamiento y en situación de vida o muerte ambos resolvían con solvencia situaciones que a otros desbordarían. Era frecuente entre la tropa llevar mastines del pirineo, leoneses o alanos, cuyo impacto en el cuerpo a cuerpo tan frecuente con los indígenas era muy eficaz.

En aquel avance contra reloj y la naturaleza salvaje y fagocitadora de la selva, el cronista de la época Méndez Pereira diría sobre aquella épica: «Rendidos de cansancio y de angustia, el cielo parecía abrirse en cataratas de lluvia, el viento desgarraba las hojas y las ramas, retumbaba el trueno con ecos quejumbrosos, que la selva repetía hasta el infinito. Pero había que avanzar, avanzar siempre, hasta que llegara la noche con el espanto de las fieras, el sonido espeluznante de la serpiente cascabel, las picadas de los insectos, la algarabía de los monos aulladores...».

Durante el trayecto final, una indígena de portentosa belleza y delicada estructura álmica conquistaría el corazón de Balboa. Era su nombre Anayansi. Ella le haría ver lo fatuo del conflicto entre blancos y autóctonos, logrando así una integración por la persuasión mas rápida y eficaz que por la argumentación de las armas.

Decapitado por una conspiración

Hacia el 25 de septiembre, y siguiendo la trayectoria del rio Chucunaque, cerca de doscientos españoles y un millar de indios avistarían lo inesperado. Una enorme superficie continua e inabarcable de un profundo azul se revelaría como uno de los mayores descubrimientos de la historia. De rodillas y en solemne recogimiento, estos avezados aventureros entonarían un Te Deum Laudamus de sonoras resonancias.

Balboa era un aventurero al servicio entregado de su reyPero a pesar de las advertencias del rey en pro de una consideración casi reverencial hacia Balboa por tan increíble descubrimiento, alguien en la sombra tramaba lo peor. En la llamada Castilla del Oro, había surgido una nueva gobernación que abarcaba parte de lo que actualmente comprendería Panamá y Colombia, sin unos limites definidos, y su gobernador en funciones, Pedrarias Dávila, estaba sediento de sangre y venganza. La fama de Balboa le había eclipsado y se temía un "coup d’ Etat". Nada más alejado del talante de Vasco Núñez de Balboa. Él sólo era un aventurero al servicio entregado de su rey. Por cada conquista que efectuaba daba el quinto real convenido a la corona y seguía conquistando para el engrandecimiento de sus mentores. Pero tropezó con Pizarro en su trayectoria hacia el sur.

Pizarro arguyó que Balboa quería moverle la silla a Pedrarias y se compinchó con el gobernador para quitarse de en medio a tan efervescente adelantado, entre otras cosas por que Francisco Pizarro no quería ver mermadas sus conquistas presentes ni futuras. El caso es que en un abrir y cerrar de ojos, este ilustre y grande de España perdió el cuello en una decapitación de inusual rapidez. Esta figura del averno, la de Pedrarias, y el triste perfil de un Pizarro de geometría variable, consiguieron quitar del escenario de la conquista a uno de los mejores.

Es de esperar que Dios o algún subalterno le guarden en su memoria.

El explorado jerezano fue una víctima del temperamento ambicioso de Pedrarias. Gaspar de Espinosa, el alcalde mayor de Castilla de Oro, lo condenó a muerte y fue conducido al patíbulo, en Acla, en enero de 1519,. Es mentira y falsedad que se me levanta; y para el paso en que voy, que nunca por el pensamiento me pasó tal cosa ni pensé que de mí tal se imaginara; antes fue siempre mi deseo de servir al Rey como fiel vasallo y aumentarle sus señoríos con todo mi poder y fuerzas, protestó Balboa antes de ser decapitado.

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